sábado, 11 de enero de 2014

La seducción de la inteligencia


Lou Von Salomé

Desde que leí la primera página de una biografía de Lou Von Salomé  utilizaré siempre su nombre de soltera; mejor dicho, desde que un poeta/amigo/amante/lunático, puso en mis manos el texto, se despertó en mí una complicidad con el personaje.

“Aguda como un águila, valerosa como un león”, así la describió Nietzsche. Von Salomé fue considerada como un icono de la mujer liberal, pero también fue relegada a ser conocida como la amante de grandes hombres. Mi padre, bromeando, me dijo un día “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer. Detrás de una gran mujer, hay muchos hombres”.  ¿Acierto o desacierto?

Reflexioné acerca del rol que cumplió esta mujer al pasar por la vida de hombres brillantes y entendí que dejó más que una estela silenciosa de amante… sus dotes de inteligencia y belleza cautivaron a Paul Rée, rompieron el corazón de Nietzsche, conquistaron casi de manera enfermiza a Car. F. Andreas y enamoraron a muerte al poeta Rainer María Rilke. ¿Existe la seducción de la inteligencia?

Lou, Paul Rée y Nietzsche
Ciertamente, no puedo defender a la inteligencia como un factor de seducción. Sin embargo, entiendo por experiencia que una mujer sensitiva, capaz de reaccionar frente al mundo, presta a ofrecer una charla edificante, y respuestas con fundamento acertado, conquista. 

Esta mujer, habitaba en el mundo de los sentimientos y del instinto, rompió con los convencionalismos establecidos por la feminidad a principios del Siglo XX. Dejó a su madre rompiéndole el corazón para ir tras la ciencia y la virtud del saber. Así, se encaminó en una larga travesía donde la mente y la sed de conocimiento, trazarían el mapa.

Lou, por sobre todas las cosas, defendía el derecho de SER. Su vida fue un ejemplo de desprendimiento “… permitírselo todo, no necesitar nada.” Así, le dijo adiós a sus padres y a las costumbres socioculturales de la época, supo siempre ser amiga  con Nietzsche y Rée porque sabía que ese sentimiento no coarta la libertad del otro.

Enamorada, realmente enamorada, estuvo solo una vez. Rainer María Rilke fue un amante apasionado y vehemente. Existió una admiración mutua, pese a que Von Salomé le llevaba varios años de ventaja. “Un gran poeta que me dio la oportunidad de contemplar a través de sus ojos y de comprobar que el amor es la fuerza renovadora de la vida. Ahora sigo amando, pero de una manera más tranquila.” Así describió a su querido.

Rainer María Rilke y Lou
Lou impuso disciplina en los versos demasiado románticos de Rilke y le inspiró ideas para nuevos poemas. No solo eso, ordenó varios aspectos de la traumática y triste vida del poeta. Lo bautizó con un nuevo nombre  “Rainer” cuando su verdadero nombre hasta entonces era René , trató varios de sus traumas de la infancia y como resultado de todo ese amor casi maternal, el poeta creó un fuerte lazo de dependencia. Quizás, eso provocó la despedida.



Considero que Lou Von Salomé fue todo un código. Un libro abierto lleno de varios amantes analfabetos. Un arquetipo que se repite en diferentes recipientes en los que la clave de su poder, es una naturaleza indomable que quizás ningún hombre llegue a entender con certeza. 




2 comentarios:

  1. Quizá no logremos entender con certeza... pero, colmando el Quizá, esta el sí.

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    1. Será? es cuando aplico mi frase cliché... no todos y no siempre. Gracias por leer querido!

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