martes, 22 de marzo de 2016

Uno de los tantos memorándum

A veces es necesario arrancar y quemar, a veces. Hoy no tengo ganas de deshacer, al contrario, quiero rehacer. Retomaré la escritura de mis diarios por ineluctable necesidad y porque recordé lo que un maestro me dijo un día: las letras son ingratas.

Tuve la oportunidad de conversar con Raúl Zurita hace cinco meses, recordé que dijo que la escritura se encarga de escoger quién le sirva y quien escribe también tendrá que aguantar sus silencios. A decir verdad, tanto silencio quema. Me quemé y me estanqué en la razón. No es tarde -espero- para rehacer.

Para reinventar(me).


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