sábado, 16 de julio de 2016

Honda paloma


No ver, pero temblar. Como la espuma
arranca en libertad la orilla verde.
Como el amor llora a lo largo
de un bosque de ceniza y de sangre.

Pero el hombre profundo vive
con la infinita alegría del mármol bajo la herramienta
o con la alegría del negro bajo la verde hoja de palmera.

La sangre se edifica sobre la sangre
como un rayo de sol abandonado en el espacio.
Y la ceniza se alimenta de fuego
como los nidos de las águilas, ocultos en la roca viva.

Todo es alto. Los párpados febriles
como una hoguera remota sobre la montaña;
la voz que busca el aire
deshecho en el polvo vivo de la lengua.

Amor, amor. Honda paloma
descuartizada entre los pulsos.
La noche brota. Se oyen sus pasos
desbordantes como un valle de fe.

¡Amor, amor!
                        ¡Qué arrancada alegría,
qué nieve derrumbada el hondo beso!

-Leopoldo Panero

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