sábado, 14 de junio de 2014

El cielo



El cielo es un sauce desbordado. Entre sus ramas el sol es una oropéndola.
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Lo anterior provocará burla en los bribones. No me importa. El cielo es un sauce desbordado. Contiene en sus ramas, además de la oropéndola, un relámpago en reposo. Otra cosa es su reunión de violonchelos. Graves como piedra de arroyo. Tibios como una verdad.
Ríanse vagos de esquina. No debe importarme. Buscando mi alma entre las llaves de San Pedro me encontré un chorro de agua. Ahora sin dilación de pluma puedo decirlo. El cielo es un sauce desbordado. Todo su follaje es una oración.
*
También es una colina verde. Cómo no estar de acuerdo. En su césped el horizonte arde. Yo en cambio corro hasta su cima deseando encontrar un hacha de piedra o el cráneo de un toro.
No les creará problemas estar de acuerdo conmigo. Una astilla de palomar en la hierba puede darnos la razón.

Ernesto Lumbreras (El Cielo)

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